VÍRGULA 2024 – II: «Prensa Libre: Los ideales de Santiago + 30»

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Por: Poncho VarSán

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Había una vez un lugar donde la sociedad y sus integrantes se desarrollaban con base en la información que recibían, sustentada en la verdad, donde su acceso era transparente y perseguía los intereses comunes… todo soportado por el poder de la información.

 

Ese mundo ideal es la pretensión de la Libertad de Prensa que hoy se conmemora, se celebra y se reclama. Es el arma de dos filos, que se sostiene con la fuerza de los principios, que pone en riesgo al periodista hacedor y que lacera todo lo opuesto a los derechos individuales y colectivos.

 

En el mundo real, esta libertad para ejercer el periodismo está sostenida «por pincitas» y en México se sigue buscando cómo quitárselas a costa de la vida de muchos.

 

Contrario a las clases universitarias superficiales, el periodismo es subjetivo, toma partido, se perfila y se enfoca intencionalmente; esto que pareciera malo o débil realmente persigue una causa común: combatir el autoritarismo de los gobernantes, la opacidad, la corrupción y demás vicios del ejercicio del Poder al que tanto se aferran.

 

Esta lucha implica riesgos verdaderos y cada vez más explícitos y funestos.

 

Contra esta realidad y lejos, muy muy lejos del mundo ideal, el periodismo sigue dando la batalla, asumiendo riesgos, lamentando a sus soldados caídos y honrando su memoria.

 

También muy lejos de la utopía está el dilema entre ser libre y ser empresa; En ese terreno se combate contra la censura, la burocracia, la represión silenciosa y la desfachatez de quienes creen que la Prensa se calla al «cerrarles la llave» e inclusive a nunca abrirla.

 

Ahora también está algo peor: la autocensura. Ese monstruo que frena la voluntad, que reprime las ideas y que arrastra hasta la indiferencia del valor de los datos y al engaño propio de la desestimación del impacto en su difusión.

 

Esta lucha es diaria, ruda y constante.

 

La luz en el camino de la Libertad de Prensa pareciera que llega cada tres décadas, donde el gremio alza la voz y plasma en papel los ideales del periodismo, defiende el oficio, eleva el objetivo de construir ciudadanía, de fortalecer la democracia y de proteger los derechos de las personas y sus sociedades.

 

Como se hiciera en 1994, 30 años después se vuelve a firmar la «Declaración de Santiago + 30» encabezada por la Sociedad Interamericana de Prensa, donde se plantean respuestas ante los desafíos del periodismo en lo político, lo social y con mayor énfasis que antes: en lo tecnológico.

 

Subirse al barco de esta efeméride compete a todos: gobiernos, organizaciones no gubernamentales (ONG), a las empresas de redes sociales, a los medios de comunicación, a los periodistas en sí y por supuesto a los ciudadanos. A todos significa: A TODOS.

 

Los ideales de la Libertad de Prensa exigen que el Estado deje de polarizar la política, debe proteger a los periodistas, permitir que la información fluya hacia la gente, que haya más espacios independientes para la difusión y que el ciudadano se empodere con lo que se informa, no con los datos que le «granean».

 

También se clama que la misma sociedad organizada genere que haya ciudadanos informados, que exista pluralidad de contenidos periodísticos, que los enriquezca, que promueva su valor y fortalezca el análisis desde sus estructuras de organización.

 

Otro brazo de la Libertad de Prensa son las redes sociales, donde las propias empresas de tecnología no se vayan «por la fácil» y se dediquen a censurar sin comprobar el contenido denunciado malintencionadamente, deben enfocar sus esfuerzos en combatir las noticias falsas, en salvaguardar la propiedad intelectual y en ser impulsores del periodismo independiente para que se vuelva un negocio sostenible a través de su estrategia digital de exhibición de noticias.

 

En esta lucha por ser Prensa Libre, los propios medios de comunicación hacen actos heróicos de resistencia, donde la represión económica por parte de sus socios comerciales es tal que se obliga a la omisión, al sesgo y a la autocensura. No se puede ejercer el periodismo cuando la bota está en el cuello… y sin embargo, ¡se mueve!.

 

En medio de los medios queda el periodista, con un crisol tan amplio como su propia naturaleza humana, donde hay quienes enaltecen la profesión con su legado, hay plumas que generan orgullo nacional, existen los «rifados y los del librito», hay quienes pasan sin pena ni gloria, quienes “dan pena ajena”, quienes se mueven como mercenarios de piso y hay quienes aspiran a formar parte de este gremio para ejercer los ideales.

 

En la Prensa, hay de periodistas a periodistas, pero la libertad la consiguen todos y solo hay UNA.

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VÍRGULA

 

Del lat. virgŭla, dim. de virga ‘vara’. 1. f. Vara pequeña. Real academia de la Lengua, RAE.

 

En la palabra, la Vírgula expresa la comunicación en su máxima expresión. Ha sido considerada el símbolo sagrado de las ideas, la manifestación del habla y la representación del flujo de la vida, el movimiento de los elementos vitales como el agua, el viento, y la voz de la Naturaleza y el pensamiento humano. Su representación gráfica es el ícono de la comunicación intencionada.

 

VÍRGULA persigue la generación de la Opinión Pública y la Formación de Ciudadanía, a través del compromiso individual y la corresponsabilidad social, para promover acciones a favor del desarrollo y la convivencia de los pueblos. No solo es la acción sino la

motivación de comunicar. Se mueve la VÍRGULA.

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