Por: El Dueño del Rancho
240724
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Para nadie es un secreto los altos índices de inseguridad que se viven en Celaya; no obstante y por interés claramente político, desde Palacio Nacional hay especial voluntad de difundir la cantaleta que es la desgracia de este municipio y tampoco hay interés de hacer algo desde Paseo de la Presa ni desde Portal Independencia.
En la escuela me decían: “si te vas a quejar, haz una propuesta”… En este caso y por muchos años recientes hemos escuchado que la óptica del presidente Andrés Manuel López Obrador siempre ha sido poner a Guanajuato como el ejemplo de la inseguridad, pero va a cumplir su sexenio sin una respuesta que haya siquiera mejorado la situación en sus municipios, principalmente en el territorio celayense.
La respuesta “de cajón” es mandar más elementos del Ejército y Guardia Nacional a que nutran el desfile por las principales calles locales; sin embargo, a diario hay civiles y policías muertos. Por estas muertes, la cifra de homicidios dolosos sube y sube sin que haya respuesta de las autoridades. La única cifra que nunca se mueve es la de los culpables detenidos (pero siempre se montan “operativos de búsqueda”).
Esta trágica dinámica ha puesto a Celaya como “el peor municipio para ser policía” y AMLO no solo es el máximo difusor de esta “mala fama”, sino que hace caso omiso para asumir su cargo como Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas y ponerle un alto. No le interesa, nunca le ha interesado y ya se va.
Tampoco se ha visto una reacción contundente por parte del Estado, ya que ahora ni siquiera hay patrullajes de las “FSPEs” por las zonas conflictivas; en el mejor de los casos se pasean por las vialidades grandes para “hacer presencia”. Así de efectiva es la estrategia estatal.
Ahora bien, los celayenses votaron creyendo que Juan Miguel Ramírez será el gestor que se requiere para que la Federación volteé a Celaya y deje de ver esta ciudad como “el ejemplo de lo malo” sino como la gran oportunidad para demostrar que Morena sí puede pacificar los territorios: esto sería lo ideal y verdaderamente le sumaría en lo político para confirmar su llegada a Guanajuato, tumbar al PAN a nivel estatal y consolidar su proyecto transformador.
El primer paso ya lo dió el alcalde electo al sentarse con Rosa Icela Rodríguez, actual secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana y próxima secretaria de Gobernación; con ella se hizo el planteamiento de implementar el Mando Único y extinguir la tropa local. Como propuesta de solución, ya es algo.
Además, a esta intentona de estrategia se suma que el actual secretario de seguridad ciudadana, Jesús Rivera, ya dijo que no pretende quedarse a trabajar con él, lo que abre la posibilidad de que los “fedepales” que trajo también dejen su cargo.
Otra queja política sin propuesta de paz es la ocurrida este martes en la “mañanera”, donde Löpez Obrador aseguró que el fentanilo ya está presente en las drogas que se venden en Guanajuato; allí mismo, el subsecretario de Seguridad Pública, Luis Rodríguez Bucio, también exhibió que este año han sido atacados al menos 68 elementos de seguridad en 17 municipios de Guanajuato y recalcó que en Celaya han ocurrido 18 asesinatos consumados y 15 sobrevivientes lesionados… ¿y sus soluciones para evitarlo?. Pura saliva sabor chamoy: amarga pero dulce.
Todas las palabras negativas, todas las cifras rojas, toda la fama de ser el “foco rojo”, todo el lastre que cargan los habitantes al intentar defender la imagen de su ciudad, todo eso sería asumible si los políticos retomaran su obligación para la que fueron elegidos y dejaran de tener a Celaya en el abandono. La Federación de AMLO claramente lo ha hecho, pero el Estado de Diego también. En lo que resta de este sexenio no van a cambiar, pero lo único bueno que queda es que ya se van.
Ahora sí que, con la esperanza de que Celaya vuelva a tener paz y tranquilidad, como dicen en mi rancho: “otro gallo va a cantar”.
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