CHISPITAS DE LENGUAJE: «El punto y coma»

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Por: Enrique R. Soriano Valencia.

 

Ningún signo de puntuación ha sido tan mal interpretado como el punto y coma. Se usa como sustituto de punto y seguido –que en ocasiones aplica, como veremos más adelante–, pero no es su mejor usanza. Está más emparentado con la coma que con el punto. Su abuso confunde al lector y propicia que el redactor pierda el hilo de su narración.

 

El libro Ortografía de las Academias de la Lengua señala tres usos: para enumeraciones complejas por presencia de comas; para enlazar oraciones yuxtapuestas, en las que también haya comas; y en periodos ni tan largos, ni tan cortos (en breves, la recomendación es una coma; y en largos, punto y seguido).

 

La coma suele usarse para enumeraciones individualizadas. Sin embargo, cuando se trata de campos semánticos (conjunto de elementos relacionados entre sí), es preferible el punto y coma. Observe este ejemplo: ‘Compra en la tienda: zanahorias, papas (patatas) y betabel (remolacha); cilantro, perejil y espinacas; y pescado, res y pollo’. Note, amigo lector, cómo el primer grupo son tubérculos, el segundo vegetales y tercero carnes. Cada campo semántico al interior fue enlazado por la coma de enumeración, así como la Y de conjunción; pero para enlazar las agrupaciones se aplicó el punto y la coma. Entonces, el punto y coma tiene un sentido similar a la coma, pero para conjuntos o grupos semánticos.

 

Caso similar en redacciones donde se usen comas de explicación: «En la firma del protocolo estuvieron presentes: el licenciado Roberto Pérez, Coordinador del Proyecto; el ingeniero Efrén Hernández, Coordinador Ejecutivo; el arquitecto Miguel Covarrubias, diseñador del proyecto; y el señor Fernando Pérez, inversionista». De esta forma se ahorra imprecisiones como mencionar nombres primero, cargos o responsabilidades posteriormente y tratar de ligarlos, mediante la palabra ‘respectivamente’.

 

El segundo uso es en oraciones yuxtapuestas, que una de ellas lleve comas. Este tipo de oraciones son aquellas que simplemente una está junta la otra (yuxtapuesta proviene del latín iuxta, significaba ‘cerca de’ o ‘junto a’, ‘poner una cosa junto a otra´). Las oraciones sencillas y breves, normalmente se unen por una coma: «Elaboraron el informe, pero no firmaron hasta su revisión». La coma es el nexo entre oraciones. Si una de ellas tiene comas a su interior, unirlas por otra haría confuso el texto. Ahí aplica el punto y coma: «Toda la noche estuvieron trabajando para elaborar el informe; pero no lo firmaron, porque estaban muy cansados y prefirieron una revisión general posterior». El punto y coma sirvió ahora de nexo.

 

El tercer caso es ambiguo: «Su discurso estuvo muy bien construido y fundamentado sobre sólidos principios; pero no consiguió convencer a muchos de los participantes en el congreso». El criterio de la Academia es por lo más o menos extenso. A mi juicio, con un punto expresaría mejor la idea: «Su discurso estuvo muy bien construido y fundamentado sobre sólidos principios. Sin embargo, no consiguió convencer a muchos de los participantes en el congreso». Este uso potestativo es el que ha generado abuso del punto y coma.

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